Sospecho que somos demasiado llegadores, que nos obsesionan las metas y ansiamos sobre todas las cosas la consecución del gol.
Sospecho que somos poco iniciadores, que imaginamos la pelicula por el final y que soñamos con sueños prostituidos por los resultados. Como dice el tango, «uno busca lleno de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias».
Así que no me extraña que la unidad de medida de cada trabajo sea el resultado y no la dedicación, el cumplimiento del objetivo y no el atrevimiento. Por eso la mayoría de los agradecimientos se tienen que basar en beneficios tangibles, a ser posible para uno mismo.
Pero ayer leí un agradecimiento que me encantó. Alguien había estado leyendo la web de un proyecto profesional y concluía la opinión que le merecía en una frase: «Gracias por dedicarte a esto»